Lo cuenta Claude Seignolle en Les Évangiles du Diable:
"En el bosque de Darney (Vosgos), un viejo leñador del Void d´Escles me previno hace tiempo de que no debía mutilar nunca ciertos árboles con corteza hinchada y ramas retorcidas. Son muertos castigados por el diablo a esta forma de infierno. Se les reconoce todavía mejor por los nudos, que son sus ojos suplicantes o malvados".
Quizá se enfrente el incauto mutilador a una conjura de sauces blacwoodianos.
En todo caso, de los infiernos posibles, yo escogería ser árbol retorcido.
Para los amantes de los bestiarios, cítese que en la bellísima colecta folclórica de Seignolle hay también detalle de hombres lobo.
Gabriel Cusac
Gabriel, queria agradecerte ya que gracias a tus apreciaciones conoci a Maurice Pons y a Alfred Kubin; hiciste que pidiera a España La ora parte y Las estaciones... ambas geniales y monstruosas. Ahora estoy descubriendo a Roland Topor y a Rene Daumal. Por favor, recomendame otras genialidades. Descubrí que amo a Bruno Schulz, pero ya lei Madurar hacia la infacia y todas sus cartas... y no hay mas.
ResponderEliminarUn abrazo y si alguna vez tenes tiempo pasate por mi humilde blog en construccion (marianogabrielpozzo.blogspot.com)
Hola, Mariano. Ya me he pasado por tu blog y, por los autores que citas, parece que tenemos gustos en común. Aunque, sinceramente, nada conozco ni de Rene Daumal ni de Schulz; de momento he echado un vistazo a la wiki y tendré que ponerme al día.
ResponderEliminarComo imagino que mantendremos el contacto, y por lo que intuyo, de momento me atrevo a recomendarte a Norberto Luis Romero y la prosa de Apollinaire.
Un saludo, y suerte con el blog.