4 de marzo de 2012

La viuda Crochet, fábula traspapelada de Seignolle


Es arriesgada la impostura de fabular fábulas ajenas, más cuando de Los evangelios del Diablo sólo conozco la versión en castellano de Crítica, donde apenas se recoge una sexta parte de los apuntes de Seignolle, dulce cóctel de folclore popular y "satanerías" de cuño propio. Lo intentaré de todos modos, como homenaje a don Claude. Qué mejor garantía de excelencia que ser acusado de plagio.
Colocamos la fábula traspapelada en el segundo brasero, al lado de Cuando el Diablo comienza a soplar en el refajo, por ejemplo.

Una noche de enero, la viuda Crochet, de St. Thélo, se llevó a la mesilla un vaso de leche templada con miel, porque un aquilón helado le había metido la tos en el pecho y la carraspera en la garganta. Dejó la colación a medias, y apagó la luz. Esa noche tuvo un sueño indiscreto. Al levantarse, descubrió el vaso vacío. Desde entonces, abandonó una costumbre y cogió otra, que es tanto como decir que no volvió a misa y que ya nunca más se olvidó de depositar en la mesilla la ofrenda para el espíritu goloso.
Murió algunos inviernos después, en su propia cama. Esa misma noche, un estruendoso aullido despertó a los vecinos de St. Thélo.


Gabriel Cusac

1 comentario:

  1. si por un vasito de leche tuvo el cuerpo contento... olé por la viuda crochet

    ResponderEliminar

Seras respondido en breve