26 de diciembre de 2020

Palestra amable para sabios de la historia bejarana

 

Mapa del Cuerpo de Hombre firmado por Ventura Lirios (imagen tomada de Wikipedia)

Cuando, diletante curioso (y, lo que es peor, iconoclasta), he osado meterme en berenjenales eruditos, tamaña audacia ha sido tutelada por sabios como José Muñoz Domínguez, Tomás Aguilera Durán o Roberto Domínguez Blanca. También sé que, a mi ruego, podría contar con el magisterio desinteresado de amigos como Carmen Cascón Matas, José Antonio Sánchez Paso o José Francisco Fabián García (entre otros: la ciudad estrecha, por contrapartida, es ancha en eminencias). Quien a buen árbol se arrima. A todos ellos invoco, y a cualquiera que se apunte, para charlar de algunos enigmas de la historia local que no me atormentan, aunque me hacen cosquillas. Es posible que, desde la ignorancia, incluso los planteamientos que expongo sean incorrectos ya de entrada; si así ocurre, rásquese la ignorancia de este pobrecito hablador. Sin pudores.

Corpedume es el nombre de un blog magnífico del citado José Antonio Sánchez Paso. Apunto dos infortunios al caso. El primero, imperdonable: lo descubrí tardíamente. El segundo: lleva años inactivo (que no su autor, siempre volcado en distintas industrias culturales). Pero la voz madre corresponde al supuesto nombre primitivo del que deriva Cuerpo de Hombre, asociado a repobladores gallegos tras la Reconquista. Y del mismo modo, pese a que no he oído a ningún paisano hablar de ello, Cuerpo de Hombre es el topónimo de un paraje hervasense, junto a la presa del Horcajo. En mi opinión, esta coincidencia apoya la teoría del ascendiente gallego. Ahora bien, mirando la Wikipedia, el artículo comienza, rotundo (aunque sin acceso directo a la referencia bibliográfica): “Ya en la época romana llevaba su nombre actual: Hominis Corpus”. Así da gusto, como decía el padre Buenadicha después de salir del puticlub; entonces, ¿sería la secuencia correcta Hominis Corpus-Corpedume-Cuerpo de Hombre? Sin embargo, el río Eume gallego va sin “cuerpo” -corpus latino o corpo gallego-, y etimológicamente (también, según la wiki, gran recurso de culturetas) “derivaría del tema hidronímico paleoeuropeo *um-, derivado de la raíz indoeuropea *wegw- (húmedo). Tendría un significado similar a el que va con más agua, el más caudaloso”. ¿Pasamos de romanos? ¿Pasamos de gallegos? Sencillamente, ¿aceptamos la versión vox pópuli: un cadáver en las aguas dio nombre a nuestro río, y punto pelota? Ya veis, un lío de tres pares. El desmadejador que lo desmadeje buen desmadejador será (a no ser, insisto, que yo meta la pata de partida). De esta madeja abro hilo, el primero.

El segundo es otro clásico de nuestra historiografía local. Qué ciudad esta, tan altiva, tan plúmbea de pasado glorioso, pero sin bandera cierta, perdida la memoria sobre los orígenes del nombre de su río… y hasta del suyo propio. Porque la cosa no está clara; me remito en este punto al artículo de Carmen Cascón en su blog Pinceladas de Historia Bejarana: Estado de la cuestión sobre el origen del topónimo Béjar. Bien, pues resulta que, por pura casualidad, y otra vez a la deriva wikipédica, descubro Galindo Béjar: “localidad del municipio de Anaya de Alba, en la comarca de Tierra de Alba, provincia de Salamanca, España. Su nombre deriva de Galind Abeya, denominación con la que venía registrado en el siglo XIII, que había derivado a Galindabeja en el XV, para desembocar en el Galindo Béjar actual”. Abeya, abeja. Pero, que yo sepa, la voz Abeya no ha sido relacionada directamente con Béjar, aunque sí se propone Abejar, o sea colmenar. Escribe Carmen Cascón: “Lo que está clarísimo es que en la época medieval Béjar se escribía Bexar o Beiar, aunque desconocemos la palabra de la cual procedería”. ¿Y bien?

El tercer asunto, después de estos enredos, es muy fácil de exponer, aunque no sé si de contestar. ¿Quién coño fue Pedro Mateo Fernández, comentarista de los Meteoros (sic, mejor Meteorología o Meteorológicos) de Aristóteles, quien aparece citado como oriundo ilustre en la entrada “Béjar” del Diccionario Geográfico y Estadístico de España y Portugal, de Sebastián Miñano? He buscado a don Pedro en vano.

Y, de coletilla, sin mayores implicaciones, un apunte antiguo (el cual, seguramente, ya tendrá en ficha José Antonio Sánchez Paso). Se lee en “Tras-os-Montes. Un viaje portugués”, de Julio Llamazares: “Y más pueblos: Sanhoane. Y Tó, que está al otro lado. Los dos en medio del páramo, a merced de las tormentas y del viento”. Como curiosidad.

Vale.

Gabriel Cusac

 

4 comentarios:

  1. Muy positivo lo de abrir el blog a opiniones eruditas en temas tan interesantes.
    Consultando con mis contactos en "mitú" lo del Cuerpo del Hombre
    sería un "hidromachismo" redomado. jajaja
    Títiro.

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  2. Muy bueno, menudo neologismo que te has inventado, Títiro! Cualquier día te lo robo. Un saludo.

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