Lucía y Chispa |
Para Lucía
Colita de zorro, colita de plumero, Chispa
es pequeño, peludo y suave como el burro Platero. Tiene pupilas de zafiro y
colmillos de vampiro. Tiene el andar elegante, campante, bamboleante. Chispa,
blanco y canela, se hace el mimoso y nos camela. Nos engatusa cuando se atusa.
Chispa, asomado a la ventana, parece un príncipe triste; Chispa, ¿qué viste?
¿Pensará en princesas? ¿En gatas persas?
Chispa espía a un pececillo de plata,
le planta la pata, levanta la pata y el pececillo se escapa. Ya no le atrapa. Pasa
a su lado una mosca, la mira y se enrosca. Vuela una polilla y piensa:
¡Cualquiera la pilla! De joven era cazador, hoy ya solo es ojeador. Si un día
viera un ratón, con la pata le diría adiós: ¡vaya gato comodón! Come y se
relame, duerme y hace la digestión; no tiene ninguna preocupación. No es un
currante, es un vagante. ¡Qué aristocrático! ¡Qué aristogático!
A Chispa le besas, le achuchas, le
abrazas, de mimos te pasas. He escrito esto para ti, me tienes que dar las
gracias.
Gabriel Cusac
Una hermosura, sobre todo la niña, si se le puede decir así todavía. Deseo que te haya dado las gracias, porque te aproximas a un momento en que dejará de hacerlo por estas cosas y por todas las demás (la mía tiene 19 años, ya sabrás)
ResponderEliminar¡Qué miedo, Juan!
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