30 de julio de 2024

¡Paulino a los altares!

 

¡Hosanna!

No se pilla los dedos la católica Iglesia, y toda la titulación virtuosa, de siervo de Dios a santo, que debe pasar cualquier meapilas  para subir a los altares comienza a tramitarse con la servilleta ya doblada. No sea que el Maligno disfrace a un lobo de cordero y, cuando todo quisque ya se postrase ante él, le diera por sacar la chorra ante las multitudes, hacer un corte de mangas al Papa o se le escapara un “¡Ahí va la hostia, pues!” en medio de los salmos. ¡Y es que el Maligno es un pillastre de mucho cuidado, oigan!

Tan necesaria introducción viene a cuento, queridos (hasta el frenesí, de verdad) paisanos, porque todos sabemos que ahora mismo, entre nosotros, vivito, coleando y posiblemente cascándose una Estrella como Cucurella, hay un santo. ¡Sí, todos lo sabemos!: ¡Paulinoooooo! (gritemos hasta la afonía).

Cuando el gran Pauli la palme, dentro de cien o ciento cincuenta años, la inevitable demanda cívica obligará al Dicasterio de las causas de los santos a estudiar su caso.  Pero, para que las generaciones venideras reconozcan su obra (Paulino opus) por los siglos de los siglos (in saecula saeculorum, chatungos), somos nosotros, los bejaranos y comarcanos de nuestro tiempo, los valientes y nobles vetones de hoy, quienes debemos ir tomando notas de su esencia divina, testificando sin pudor de su apostolado. Hagamos, por tanto, acopio de milagros.

1-La bilocación. Motivo de las camisetas estampadas que causan furor entre los jóvenes de nuestro bendito terruño: “Dios está en todas partes,  Paulino también”. Se trata, sin duda, de una inocente exaltación devota, pero no podemos incurrir en herejía: solo Dios es omnipresente. Aunque todos  sabemos  que Paulino puede estar en dos barras de bar a la vez, a veces incluso en dos barras de distintos pueblos en fiestas. Algunas fuentes, a mayores, hablan de trilocación, y esto ya sí que es de agárrate y no te menees, la puta bomba, sin precedentes en la literatura hagiográfica. Por favor, a partir de este glorioso momento insto a todos los bejaranos, comarcanos y demás adláteres de buena fe para que, móvil en mano, graben la presencia de Paulino, allá donde le encuentren, para un elemental cotejo de pruebas audiovisuales. ¡Desperta ferro! ¡Con dos cojones!

2-La multiplicación de los tercios y las tapas. En innúmeras ocasiones también hemos sido testigos de este prodigio, a imitación del milagro de los panes y los peces, pero a nivel individual (efectivamente, por discreción pauliniana). Sin que pida al camarero, sin que le hayamos quitado la vista de encima. Bebe y bebe y vuelve a beber y resulta que siempre tiene el tercio de Estrella lleno. Otro tanto pasa con las tapas. Paulino mastica y mastica, pero no falta el platito delante con la tapa de magro intacta. Documentémoslo, porfi.

3-La erradicación de la prostitución. Nunca seremos capaces de ponderar con suficiencia la labor evangelizadora de Paulino. Años ha, a pesar de ser un pueblo elegido y tener por costumbre subir del Castañar al Cielo, a pesar de que tradicionalmente hemos competido en golpes de pecho con el Parque Nacional de Virunga, resulta que, debido a  alguna inexplicable anomalía, nuestra paradisíaca zona geográfica estaba salpicada de una notable cantidad de puticlubs o puticlubes (ambas formas aceptadas por la RAE). Sí, amigos, fue Paulino. Sermoneando noche tras noche a las maríamagdalenas del lugar, con el candor de il poverello pero a la vez con la constancia de un martillo pilón, levitando en los momentos de especial énfasis hasta lo más alto de la barra de pole dance (como afirman multitud de testimonios), luchando contra lujuriosos vientos y pérfidas mareas… Sí, objetivo cumplido: redimió a todas hasta no dejar ni una en muchos kilómetros a la redonda. Graznemos al unísono: ¡Bravo! ¡Yupi! ¡Irulá!

4-La eterna juventud. Bien puede demostrarse. Muchos de nosotros, que peinamos canas, éramos unos mozos cuando Paulino ya estaba animando el cotarro. ¡Y hoy sigue igual! ¡Hasta se quita las gafas, el cabrón! Espicharemos en breve, y sabemos que Paulino nos dará el último adiós en San Miguel. ¡Aleluya!

En definitiva, píos compañeros en este valle de lágrimas, os insto a que sumemos pruebas irrefutables para que el Dicasterio ese juzgue con acierto. Esto hará que nuestras vidas tengan un sentido. 

¡Tralarí, tralará!

 

Gabriel Cusac Sánchez

 

21 comentarios:

  1. No has perdido un ápice de tu increíble sentido del humor, y forma de contar las cosas.

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  2. Hay temas que me lo ponen fácil. Gracias por tu comentario.

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  3. Lo has clavado 😂👌🏼
    AMÉN

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  4. Muy bueno, merece sin duda ser estudiado por el Vaticano

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  5. 🥰🥰🥰🥰 Me encanta 🥰🥰🥰 Ciertamente 💚

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  6. Paulino es eterno, buena reflexión Gabriel

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  7. Tendremos que pensar en montar una cofradía, eh? Un saludo.

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  8. Ciertk Paulino esta entodas partes,que grandes

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  9. Paulino es un crack y como suele decirse, el Puto Amo de las noches festivas y festivaleras de Béjar. Ahora bien, antes que todo lo que se pueda decir de su vida lúdica, Paulina es muy buena persona y siempre muy amigos de sus amigos.

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  10. Paulino es un crack.
    Yo lo puedo confirmar.

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  11. En la Santa Sede están dando cuenta de estas supuestas Bilocaciones,
    - Creo se encuentra una delegación por la zona. recopilando información.
    Visitan bares , zonas de fiesta e incluso interrogan a antiguaos propietarios de clubs nocturnos.
    Al parecer pagan con una extraña tarjeta del Banco Vaticano.- todo ello, según nos cuentan varios testigos...

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  12. Sí, Atalaya (Atalaya como el serrano Calvitero, como el Torreón), también yo he oído hablar de esa delegación y sus extrañas tarjetas, con las llaves de San Pedro en relieve y oro y los bordes tan afilados que dejan la farlopa hecha harina y posiblemente corten yugulares como se corta el queso fresco. ¡La cosa marcha! ¡Aleluya!

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  13. Doy fe del primer y último versículo

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  14. Parece que este relato paulínico va camino de convertirse en el Best Seller de tu blog, debido a la gran cantidad de comentarios que ha provocado.Suele ocurrir cuando se juntan una excelente pluma y un ser mitológico. Espero que te sirva de estímulo, ya que últimamente te dejas leer muy poco.
    Por otro lado, en cierta ocasión fui testigo de una bilocación paulínica: corría el verano del año 1983 cuando junto con tres colegas decidimos irnos hasta Horcajo de Montemayor que estaba en fiestas. Al entrar en el bar de la localidad, nos encontramos a Paulino acodado en la barra tomando un "cacharro"(por aquel entonces degustaba cubatas). Nos saludamos amigablemente, y hubo gran regocijo. Después de un par de horas, unos cuantos botijos y tres o cuatro porros, optamos por acercarnos a Hervás, ya que la discoteca de allí se ponía los domingos de bote en bote. Pues hacia allá nos dirigimos en el coche diabólico (al dueño del buga le apodaban "el demonio"). Pero al acceder a la pista de verano de dicha sala, ¿a quién nos encontramos acodado en la barra y trajinándose un cacharro? A Paulino. No salíamos de nuestro asombro, ya que él se había quedado en Horcajo, y ahora estaba allí delante nuestro. Por más que le preguntamos cómo había conseguido llegar antes que nosotros, se limitó a sonreirnos socarronamente y siguió a lo suyo. Unos días después en el mítico bar La Choza en S.Juan, comentando el caso, contó un menda, que ese mismo domingo había visto al omnipresente Paulino también en la discoteca de Piedrahita. Ahí lo dejo.

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  15. Gracias, Títiro, por tu testimonio, uno más a sumar en el santo expediente. Ninguna cristiana causa de los tiempos modernos acumula tantas pruebas. ¡Aleluya! ¡Epaaaaa!

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