25 de abril de 2011

El cefalófalo


No cabe hablar de especie, pero sí de bestia. Ergo, entra en estas notas.
Macho (aunque no tanto como él supone) humano que se sostiene sobre su miembro viril; yerra (además) en la creencia de que su falo también sostiene el mundo. El cefalófalo recorre la vida impulsado por su pene; alegremente, peligrosamente, como un ciego botando sobre un muelle saltarín. Tan estúpido como el toro de lidia, persevera en la reiteración de los errores.

Aunque de ámbito universal, los ejemplares más vistosos proliferan, acusando su raigambre, por la Europa mediterránea y los países iberoamericanos. Estos espantajos son afines a la gomina, los perfumes penetrantes, los licores, los juegos de azar, los fetiches, las gafas de sol, el sacrificio de chivos expiatorios y la intolerancia (excepto en todo lo relativo a burdeles). Conducen el automóvil con su falo, con su falo -al que atribuyen todos los éxitos- recogen las bazas, las patatas o los dividendos, el falo gobierna sus ocios y sus trabajos, barren de un falazo las migajas de la conciencia. Podría sospecharse su deseo de ser falo a secas, pero no debe confundírserles con los faunos a los que se refiere García Pavón: El mundo está lleno de faunos secretos que sueñan con formar conventos de ricuras para desgranárselas tarde a tarde como un rey de las mil y una noches. Que sueñan con adornar todas las galerías de su casa con legiones de pechos tempraneros, de culos tarabillas y caderas incesantes. Que siempre ven entre las tinieblas de su alcoba ojos que parpadean, labios que se fruncen, relámpagos de brazos y sobacos oscuros. Tales faunos, simples obsesos sexuales, no son exactamente cefalófalos; para estos últimos, el falo trasciende de los goces carnales y se convierte en una suerte de guía ideológica o timón existencial. Un ejemplo clarificador lo encontramos en el antiguo miembro de la organización criminal Propaganda Due, hoy primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, quien, ya logrado -y con alteza- el sueño del fauno, encabeza una falocracia no menos vergonzante que el electorado que la sustenta: hombres y mujeres (porque lo peor de la humanidad, como dijo Jardiel Poncela, son los hombres y las mujeres) mamporreros del gran follador. En Villa Certosa, Berlusconi folla a sus putas. En el poder, folla a un país. ¡Pobre Italia!
Buscando la sinonimia de persona en la exuberancia de nuestra lengua encontramos un triste puñado de vocablos. Qué decir de la sin par multiplicación de falo.












Gabriel Cusac




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta bestia me recuerda a un antiguo amigo común. A ver si adivinas de quién se trata. Ja ja.

Títiro.

Gabriel Cusac dijo...

A la primera.
Un abrazo, Títito.