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El más idiota y a la vez el más terrible de los monstruos, ser embrutecido al servicio del gran rabí. Dotado de una voluntad y un entendimiento mínimos, alberga una simiente de duda y la envidia hacia su patrón, pero obedece sin rechistar las órdenes. El gran rabí es un brujo poderoso, de mil caras y mil nombres, pero guiado por un solo objetivo, que utiliza el eficaz hechizo de la alienación para dominar a su bestia. Como cualquier animal amaestrado, cree el golem en la necesidad de su sometimiento, agradecido por los mendrugos que le ofrece su señor, sin darse cuenta de que su propio trabajo fundamenta el tesoro y el poder del gran rabí.
Remotas leyendas, cuentos que afloran fugazmente desde una infancia perdida, asaltan de vez en vez el pobre cerebro del golem. Hablan estas leyendas de antepasados que cuestionaron la relación de golems y rabíes, antepasados que incluso dejaron su vida entregados a absurdas entelequias de socialismo. Pero el golem no tiene tiempo para fruslerías míticas, y estos pensamientos inútiles son fugaces como una chispa o un suspiro. El golem, en realidad, es tan miserable que no tiene tiempo ni para pensar.
Hace ya muchos años, en los tiempos míticos, un profeta llamado Huxley dijo que el esclavo perfecto sería aquel que amase su servidumbre. No cabe mejor definición para el golem. Es el esclavo perfecto. Es el obrero de hoy y de nuestro mundo, dominio global del gran rabí.
Remotas leyendas, cuentos que afloran fugazmente desde una infancia perdida, asaltan de vez en vez el pobre cerebro del golem. Hablan estas leyendas de antepasados que cuestionaron la relación de golems y rabíes, antepasados que incluso dejaron su vida entregados a absurdas entelequias de socialismo. Pero el golem no tiene tiempo para fruslerías míticas, y estos pensamientos inútiles son fugaces como una chispa o un suspiro. El golem, en realidad, es tan miserable que no tiene tiempo ni para pensar.
Hace ya muchos años, en los tiempos míticos, un profeta llamado Huxley dijo que el esclavo perfecto sería aquel que amase su servidumbre. No cabe mejor definición para el golem. Es el esclavo perfecto. Es el obrero de hoy y de nuestro mundo, dominio global del gran rabí.
Gabriel Cusac
2 comentarios:
Viva España,viva el gobierno,viva el golem y sobre todo el gran rabí.
Rip, rip, ¡hurra!
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