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Ya sé que el lobo de Caperucita parece un animal muy malo. Pero, en la realidad, los lobos no devoran a las personas. En la realidad, los animales matan a otros animales para comer, para sobrevivir. Sólo el hombre mata y maltrata a los animales para satisfacer su crueldad. El hombre es además tan perverso que disfraza esta crueldad con nombres absurdos. Lo llama arte, cuando el torero tortura y mata al toro. Y los cazadores, como los que mataron a la madre de Bambi, dicen que están practicando un deporte. Los cazadores están apostados en un escondite, esperan a que pase el animal y aprietan el gatillo. Menudo deporte. Luego se echan fotos, con su víctima tendida a los pies, como si hubieran logrado una gran hazaña. Qué idiotas, pero qué idiotas. Yo quiero que ames a los lobos, Lucía. Quiero que ames a los animales.
Ya sé que el bosque, donde se pierden Hansel y Gretel, Ricitos de Oro o Pulgarcito y sus hermanos, aparece en los cuentos como un lugar terrible, lleno de peligros. Pero el bosque no hace daño a nadie, todo lo contrario. El bosque nos da el oxígeno que respiramos, nos da sus frutos, su belleza, la madera de sus árboles, el agua de sus ríos y sus arroyos. Yo quiero que ames el bosque.
Y tú no sabes, porque nunca te lo digo, que en muchos cuentos los padres abandonan a sus hijos precisamente en el bosque. Y que siempre los padastros, las madrastras, los hermanastros y las hermanastras son malvados en los cuentos. Ni tan siquiera sabes el significado de estas palabras, que suenan tan mal. Pero mamá y yo nunca te abandonaremos, ni a ti ni a tus hermanos. Y todos esos "astros" y "astras", en la vida real, no tienen por qué ser mejores ni peores que nadie. Nosotros formamos una familia así, de "astros" y "astras", pero es mucho más sencillo hablar de papá, mamá, hermanos. Y, aunque no somos perfectos, aunque a veces la casa se llene de gritos, nos une el amor, que es el mayor de los tesoros. Yo quiero que ames a tu familia.
Aquí, en este texto, hay dos presentes. Uno, el tiempo en el que escribo, cuando tus cuentos favoritos son La Bella y la Bestia, Bambi y Hansel y Gretel. Cuando, no sé muy bien por qué, rechazas que te cuente Aladino y Alicia. Y dos, el tiempo en el que tú lo estás leyendo. Ahora que, de verdad, ya eres una niña grande, entenderás que no debes fiarte mucho de los cuentos.
Gabriel Cusac
3 comentarios:
Seguro que cuando Lucia lea esta entrada verá tu lado mas entrañable y los astros y astras que tambien le gustarán, se llaman Neptuno, Venus o Marte.
Saludos
Porque la familia es sangre y no es sangre, pero siempre es la que escoge quererte de verdad
Por cierto soy Pérfida
Un saludo coleguita
Seguro que sí, Joaquín. Se hará todo lo posible. Un saludo.
Bienvenida, coleguita Pérfida; me alegro de tener nuevas visitas, aunque sean tan canallas. Un saludo.
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