8 de septiembre de 2015

El monstruo de la milla 134







He aquí la “civilizada” barbarie. Por la Vía de la Plata, recién pasado el Puente de La Malena en dirección a Puerto de Béjar, el caminante se encuentra con este gigantesco cartelón de aproximadamente unos 25 metros cuadrados. Con un par.
25 metros cuadrados y una altura, postes incluidos, de 6 metros, para anunciarnos los trabajos de conservación en ese tramo de la vía. Información que, por supuesto, podría darse en un cartel de dimensiones muchísimo más reducidas. En este caso se hubiera evitado, además, cortar las ramas del árbol inmediato, como ha ocurrido.

Siendo bien pensado como soy, creo que el cartelón supone un derroche de recursos públicos y una aberración visual en medio de un paraje de singular belleza. Como no soy malpensado, no supongo: “De cartel a cartelón: a mayor coste, mayor comisión”.
País…

Gabriel Cusac




3 comentarios:

Gabriel Cusac dijo...

Mi amigo Pepe Muñoz Domínguez, que nunca consigue entrar en este apartado de comentarios, me manda por mail una opinión. Copio y pego:

Mis amigos me han escuchado decir bastantes veces que votaría al político que fuera capaz de hacer buenas obras sin decir esta boca es mía, sin publicidades, propagandas ni promociones, sin cartelones exhibicionistas como el de la foto, lejos de la política-florero o de la política-escaparate que tanto daño nos ha hecho, pero veo que por el viejo Far West bejaraniego las cosas siguen exactamente como antes (como antes de disiparse el Antiguo Régimen, incluso: fíjense que el alcalde de Béjar hasta oficia los plenos en latín…). ¿Perdonen las molestias? No me da la gana perdonar nada, hombre: se meta usted su cartelito por donde peor le quepa y de través, haga su trabajo sin causar perjuicios al Patrimonio y al buen gusto (el engendro es un horror de diseño redundante, además), deje de aprovecharse del dinero de todos para publicitar obras que ya hace tiempo que deberían estar hechas y de jugar a aquello de a ver quién la tiene más grande, que ya somos mayorcitos

Ainhoa dijo...

Una guía de este tipo de carteles descomunales y que existen en nuestra geografía no estaría mal. La lastima es que no ocurre como en la antigua roma que se sabia quien era el que ponía la pasta para la obra.

Saludos.

Gabriel Cusac dijo...

Cuánta razón, Leonor. Hace bien poco un amigo me recordaba la cantidad de carteles de este tipo que ya forman parte de nuestro paisaje. Tanto, que ya ni los cuestionamos, se han integrado en nuestra normalidad. Pero este, en medio del campo, en un paraje precioso, me resulto impactante.
Un saludo.