Pesquisas bejaraniegas (imagen de Lidia Cusac) |
Pregunté sobre enigmas de la historia bejarana:
Me contestó José Muñoz Domínguez:
Y en esta ocasión lo hace Tomás Aguilera Durán.
Otros temas, y no los de mi convocatoria, hacen que Tomás patee hoy Santiago de Chile gracias a una beca de investigación, y que Chicago le esté esperando mañana. Cosas de la excelencia. Por eso Tomás confiesa que tiene poco que aportar en cuanto a etimologías bejaranas. Sin embargo, el joven Doctor en Estudios del Mundo Antiguo saca hueco y sale a palestra (por viejo amigo), con apunte curioso sobre una confusión entre Híjar y Béjar. Y, también, con la solución al último de los interrogantes planteados: la identidad del comentarista de la Meteorología aristotélica, supuesto erudito bejarano (vaya, va a ser que no) según el Diccionario Geográfico y Estadístico de Miñano. Pues un asunto resuelto, toma ya.
Gracias, Tomás, y suerte en la aventura americana. Un abrazo.
Como ya te adelanté, poca cosa que aportarte en estos temas tan bejaranos, menos todavía en los etimológicos, por mucho que agradezca que me tengas en cuenta; bien por ti por escarbar en ellos.
Sobre el nombre de Béjar, me sonaba que había un debate toponímico relacionado con unas monedas antiguas, pero no me acordaba bien; tras comprobarlo, nada que ver, no tiene relación con el origen del topónimo. Resumiendo: en Híjar (Teruel) se encontró un tesorillo romano de monedas de Beligio (ciudad celtibérica) y algunos numísmatas confundieron Híjar con Béjar, lo que dio lugar a diversas pajas mentales sobre el motivo por el cuál habrían acabado esas monedas tan lejos de Aragón; es decir, que el debate era entre nombres de ciudades actuales (Béjar-Híjar), no sobre la denominación antigua. En todo caso, si tienes curiosidad por el tema, aquí se resume todo con las referencias académicas: https://denariosibericos.wordpress.com/2016/02/13/tesorillo-de-hijar/
Sobre el tal Pedro Mateo Fernández, ni idea tenía, pero nada me gusta más que los eruditos raros. Después de dar unas cuantas vueltas, creo que el nombre de pila está equivocado, lo que no es raro en ese tipo de diccionarios y repertorios bibliográficos que se copian unos a otros y heredan errores. Creo que el personaje en cuestión es Francisco Mateo Fernández Bejarano (o, en su forma latina, Francisci Matthaei Fernandez Veiarani). Según se describe en sus obras, era un médico de Badajoz (¿procedente de Béjar dado el apellido?) y publicó varias obras de tema científico (De facultatibus naturalibus, disputationes Medicae, & Phylosophicae, 1619; Artium ve omnium notitia pene intuitiua, equa medicinam veram scientiam, 1626), entre ellas, el comentario a la Meteorología de Aristóteles que comentas (Super quatuor libros meteororum Aristotelis, 1643) que está digitalizada aquí: http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000227297).
Un abrazo.
1 comentario:
Por mail, Pepe Muñoz envía este comentario (gracias):
Añado una minucia: los bejaranos de Badajoz eran uno de los linajes de la ciudad en el siglo XIII (supongo que por la procedencia bejaraniega de sus antepasados, llegados por vía de reconquista y repoblación del territorio) y estaban peleados con el linaje rival de los portugaleses. Al parecer, llegaron a las manos y la sangre al río, degollándose unos a otros a cascoporro (ríete tu de los montescos y los capuletos): dicho al modo de aquellos días de furia, según consta en la crónica de otra masacre parecida, allí "ovo grand mortandad". Tampoco podría asegurar si de todo esto hay documentación fehaciente o sólo relatos legendarios a cargo de algún erudito local, de esos que creen saberlo todo con haberse leído el Greviario Lingual o mismamente la socorrida Wikipedia. Abrazos. Pepe Muñoz
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