30 de marzo de 2010

Bestiario: el cangrejo albión


Especie invasora, muy perniciosa para el hábitat mediterráneo. Duerme en roquedos exclusivos, donde es bastante escasa la presencia de crustáceos autóctonos. Al rayar el alba, desaloja los roquedos en masa para tomar posesión de las playas. Su caparazón, ya colorado, se torna incandescente al mínimo contacto con el sol.
La voracidad del cangrejo albión no tiene escrúpulo. Cualquier basura que encuentran en las playas le sirve de comida, y ha desarrollado la llamada trompa-paja, largo apéndice hueco que, partiendo directamente de la cámara pilórica, le permite apurar hasta la última gota de las botellas. Es pésimo nadador, y pasa la mayor parte del día comiendo, bebiendo y sobreexponiéndose a los rayos solares. Al caer la noche, en la llamada diáspora roja, vuelve a sus roquedos, donde seguirá comiendo y bebiendo todo lo que encuentre hasta caer desfallecido. El fenómeno de la diáspora roja -término, en realidad, paradójico- se caracteriza por la desbandada anárquica del grupo, el ruido, las peleas y los destrozos causados a su paso.
Su carne es muy apreciada por la hostelería indígena, también voraz.

Gabriel Cusac

4 comentarios:

Lola dijo...

me recuerda algún que otro humano, pero yo no me lo comería.

Juana María dijo...

Buena descripción de la Saloufest.

Gabriel Cusac dijo...

Pues me olvidé de poner lo del reguero de vómitos y excrementos.

Gabriel Cusac dijo...

Bienvenida a la normalidad bloguera, bruja.