14 de julio de 2013

La araña del himen




Organismo anaerobio de las dichosas grutas femeniles. Le basta, para vivir, un poco de humedad. Su función, en la gran arquitectura del universo, es construir un hito paradójico cuyo derrumbe será triunfante. Poéticas del ánima mundi. Cuando el gran suceso se produce, la araña entiende la necesidad de la mudanza. Trepa entonces hasta el cerebro, donde teje hábiles conexiones neuronales que acaban convirtiendo a la mujer en una diosa. Bella palabra ésta, "diosa", secuestrada por la gran tríada monoteísta: cristianismo, judaísmo, islamismo.

Gabriel Cusac Sánchez

1 comentario:

Lola dijo...

creo que estoy en ese proceso, vete montándome un pedestal