5 de febrero de 2014

La cadena: porque no quiero escuchar un réquiem por los réprobos de Talaván

Fotografía de Eloy Díaz Redondo


Hace meses que no vuelvo a Talaván y a su ermita del Santo Cristo; diversas circunstancias me lo ha impedido. Mis queridos réprobos, acuchillados por las grietas de la cúpula, seguramente ya infestados por una capa de verdín, están soportando los rigores de otro invierno. Y la añeja escuadrilla, el tercio viejo de los condenados de Talaván, con sus casi cuatro siglos de historia, acorralados de nuevo frente a la carga de fusilería de los agentes atmosféricos. Solos, heroicos, únicos como su misterio, abandonados, más malditos que nunca. Me da miedo volver a saludaros, queridos réprobos, querido hombre gato, querida mujer con toca, queridísimos y sufrientes esgrafiados de la ermita del Santo Cristo. Me da miedo escuchar un réquiem en vuestro honor.
Las más de cuatrocientas firmas recogidas en defensa de la ermita del Santo Cristo, los requerimientos del Centro de Estudios Bejaranos, su inclusión en la Lista Roja de Hispania Nostra, el informe científico de Roberto Domínguez Blanca, las peticiones de ayuda del Ayuntamiento de Talaván, las decenas de escritos y llamadas, la notable difusión mediática de la campaña... Para nada. Nuestra causa, en definitiva, ha sufrido el silencio institucional, que es la más hiriente demostración de menosprecio al ciudadano. ¡Ah, nuestra hermosa causa! Se la han pasado por el coño Mª del Pilar Merino y Trinidad Nogales, lo me induce a pensar que esos coños están sudorosos de poltrona. Probando la cuadratura del círculo, se la ha pasado por los cojones Monago, que no ha dicho ni mu frente a la colecta de firmas y a las cartas personalizadas. Lo que me induce a pensar que la Junta de Extremadura no está en Extremadura; está en el Olimpo, y nosotros, pobres mortales -o estúpidos votantes- no podemos acceder a él. Quizá porque democracia sea un término eufemístico. Quizá porque la Constitución española sea papel mojado, y esa sonora proclama "los poderes públicos están obligados a ejercer la tutela de los valores culturales", como otras tantas, precisa para su desarrollo a personas honestas y capaces en los puestos decisorios, no a piratas que comparten el concepto trinitario de las urnas como coartada, trono y cagadero. Porque en este país, en este miserable país de politicastros y deudos del índice, la dignidad del ciudadano permanece secuestrada en los despachos.
2013, personalmente, fue para mí el año réprobo. Estaba convencido del éxito de la campaña "Salvemos a los condenados de Talaván". Tenía ilusión. Hoy estoy al borde de reconocer la derrota. Con las fuerzas y las ideas poco menos que agotadas, sólo se me ocurre una última iniciativa; he querido llamarla "la cadena". Se trata efectivamente de encadenar una serie de textos, literarios o ténicos, referentes a cualquier aspecto de la ermita del Santo Cristo de Talaván. También puede tratarse de dibujos, o de fotografías. En el siguiente enlace propongo el primer eslabón de la cadena, la leyenda de los réprobos de Talaván, que publiqué hace meses en esta misma bitácora:
http://gabrielcusac.blogspot.com.es/2013/10/leyenda-de-los-reprobos-de-talavan.html
He escrito a un gran conocedor del patrimonio extremeño para que fabrique el siguiente eslabón de la cadena, y estoy a la espera de su respuesta. Él, a su vez, debe proponer a un continuador, y así sucesivamente.
En paralelo a la "cadena extremeña", creo que es de justicia que Roberto Domínguez Blanca, autor del informe sobre los esgrafiados de la ermita del Santo Cristo, inicie la "cadena bejarana". Este blog, y aquéllos de quienes quieran participar en la iniciativa, servirá como medio de difusión de ambas cadenas.
Me parece una buena idea. Como arma reivindicativa, significa la multiplicación de testimonios. Espero que firmas cualificadas garanticen la excelencia de esta propuesta. Que las cadenas crezcan como una bendita pandemia. Que nos hagan caso de una puta vez.
Porque no quiero escuchar un réquiem por los condenados de Talaván.

Gabriel Cusac

4 comentarios:

juan de la cruz471 dijo...

Yo también he pensado estos días en ellos: allí desamparados a los hostigos. Quisiera volver a Talaván y verlos fuera de peligro, adecentados y encontrar allí algún turista sorprendido por su rareza. Sonreiría para mis adentros diciéndome: "yo hice un poquito porque sigan ahí".
Si caen, nunca volveremos a Talaván. Será un despoblado en nuestra biografía.

Gabriel Cusac dijo...

Nos sentiríamos un poco huérfanos, y particularmente yo tendría un cabreo perpetuo frente a ciertos personajes.
Que no pase.

Anónimo dijo...

A los pobres réprobos parece que se les acaban los recursos. Lo que deberían hacer es llevar a cabo unos "scratches" ellos mismos en los domicilios de tan laboriosos y honrados políticos-as. Lo mismo así se preocupaban un poco más de los réprobos y un poco menos de meter las zarpas en las arcas públicas y no tan públicas.
Ánimo con la nueva campaña!
Títiro

Gabriel Cusac dijo...

Seguimos en la lucha, Títiro. Y procuraré implicarte en ella, así es que vete preparando.