
Hoy digo lo que muy pocos (quizá unas doscientas o trescientas personas entre la pululante Humanidad) pueden decir sin incurrir en mentira: en el fondo, soy bueno. Me explico.
Cuando yo era un niño y comía pipas, todos los adultos del mundo se obstinaban en repetirme, con intensidad malsana, "que me iba a entrar una péndice". Así, una péndice. Todo este tipo de prevenciones, machaconamente multiplicadas, acaban convirtiéndose en una maldición, no les quepa la menor duda. Una maldición más o menos morosa, pero que siempre anidará dentro de la víctima, en su cabeza, en su corazón, en sus intestinos, aguardando el momento justo para manifestarse, súbita y traicionera como una cobra que surge de su madriguera. Pues bien, hace un mes me operaron de apendicitis, precisamente dos días después de que, tras varios años de abstinencia, en una especie de desquite nostálgico, ventilase epilépticamente una bolsa de pipas Facundo, la misma marca de mi infancia, la que se publicitaba a través de ese lema cutre y carpetovetónico, que decía algo así como "Y el toro dijo al morir: no quiero dejar este mundo sin probar pipas Facundo". Menuda gilipollez. El caso es que, con las pipas Facundo y la maldición a cuestas, casi dejo este mundo: ya tenía gangrena, la péndice, cuando me operaron. No puedo quejarme, sin embargo. A petición propia, los cirujanos -unos excelentes profesionales- accedieron, ya puestos, a quitarme una buena porción de grasa, de modo que maté dos pájaros de un tiro: apendicecptomía y liposucción. Hay que estar al loro. Y, a juzgar por el costurón bucanero que, a modo de cremallera, luzco en el abdomen, debieron sacar el sebo a puñados. Buenos chicos.
Hoy, ya superado el episodio clínico y analizándole desde la necesaria perspectiva, he sacado la conclusión antedicha: en el fondo, soy bueno. Porque en el inmediato tramo post-operatorio, recuerdo haber proclamado, a voces por los pasillos del hospital, mi ofrenda gratuita: "¡Dono mi apéndice a la ciencia! "¡Dono mi apéndice a la ciencia!". Por supuesto, estaba alucinado, aún bajo los efectos de la anestesia. Ergo, hablaba mi subconsciente. Pero, ¡qué mayor y más sincera confesión, nacida en lo más profundo de mi ser! Si mi subconsciente adolece de tamaña filantropía, qué decir de mi entero yo. Me siento conmovido de mí mismo, de mi bondad intrínseca. Y espero que ningún mal nacido se atreva a poner en duda esta firme convicción.
Hoy, ya superado el episodio clínico y analizándole desde la necesaria perspectiva, he sacado la conclusión antedicha: en el fondo, soy bueno. Porque en el inmediato tramo post-operatorio, recuerdo haber proclamado, a voces por los pasillos del hospital, mi ofrenda gratuita: "¡Dono mi apéndice a la ciencia! "¡Dono mi apéndice a la ciencia!". Por supuesto, estaba alucinado, aún bajo los efectos de la anestesia. Ergo, hablaba mi subconsciente. Pero, ¡qué mayor y más sincera confesión, nacida en lo más profundo de mi ser! Si mi subconsciente adolece de tamaña filantropía, qué decir de mi entero yo. Me siento conmovido de mí mismo, de mi bondad intrínseca. Y espero que ningún mal nacido se atreva a poner en duda esta firme convicción.
Gabriel Cusac
8 comentarios:
ERES BUENO!!! sí señor mío, lo eres. De hecho te diré (sin ánimo de peloteo) Que eres una de las mejores personas que conozco; Doy Fé!!
Aquí, una brujilla que te quiere un huevo y la yemita del otro.
Mil besitos!!! (Reparte, vale?)
A mí, respecto a mí, me pasa lo mismo. Otros mil...
que bueno es mi niño!!
A curarse hermano, que éste año no ha sido muy proclive en cuanto a tú salud.
-Pronto tendrás novedades literarias ¿no?
Tu bueno??? no jodas¡¡ menuda decepcion tio no me jodas que yo te medioidolatraba y ahora va y resulta queres bueno no me jodas..¡¡
Jua¡¡ En serio lo de la "péndice"?
Igualica igualica que la "defunta2 de mi agüelica.
Ostris que suerte tu con lo caras que estan las lipos esas..
¿te veo entonces pronto ande las tapas?
saludos
Pronto saldrá el trabajo de los hombres de musgo, Jony. La cesión de derechos sobre algunas fotografías está retrasando demasiado su publicación, pero espero que antes de fin de año esté en la calle. El título estará incluido en una serie del Centro de Estudios Bejaranos; la edición será elegante. Pero hasta que no lo tenga en mis manos no me lo creeré.
Lo de la "péndice" es en serio, brujo. Ya puedo tapear, por suerte, pero aún me tira la costura (o el costurón). Y no me idolatres, macho, ni por bueno ni por malo, que todos los ídolos, tarde o temprano, acaban decepcionando. Muy buena la serie Hallowen bejaraní de tu blog.
Bicho malo nunca muere!!!.... jeje, es broma, me alegro que estés bueno ya, y que tu nuevo libro lo tengamos prontito.
Bueno, lo que se dice sano, antes del sesgo de "la pendi", no estarías en exceso.
Bueno, lo que se dice gallardo, antes de "la lipo", eras seducción
de Sacamantecas.
Bueno, lo que se dice piadoso, no eres persona muy pía.
Bueno, lo que se dice virtuoso,
tiempo hace que perdiste la virtud.
Bueno, lo que se dice indulgente,
lo eres por convicción.
Bueno, lo que se dice tierno, nunca te he hincado el diente.
Bueno, lo que se dice justo, lo
eres con justicia.
Bueno lo que se dice beneficioso,
lo eres para las letras.
Bueno, lo que se dice recto, lo eres como una linea.
Bueno, lo que se dice bondadoso,
bienhechor, benévolo, compasivo,
humanitario, honesto, comprensivo, candoroso y amigo, lo eres a raudales.
Pero, bueno lo que se dice bueno,
"pos" bueno.
Bueno, me entusiasma que ya estés bueno.
Títiro
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