Donde la convulsa Colombia, y en algún lugar del norte de la Sierra Nevada de Santa Marta, hay un aspa de tentáculos dibujada entre la selva, equis mistérica del Bejuco Sagrado. Tiene el tamaño de un hombre, y un hombre, en noche de plenilunio, se tumbará sobre ella, a modo de san Andrés, dispuesto a cumplir el trance iniciático. Mastica hierbas secretas que ha traído en su zurrón, y canta oraciones en la lengua extinta de sus antepasados taironas, latín indígena. No le inquietan las pisadas furtivas del jaguar y del puma, escucha impasible el orfeón de monos aulladores. Poco a poco va desapareciendo el mundo, y el aspirante escupe el último bolo. Vibra la tierra bajo su cuerpo, comienza a manifestarse el Bejuco Sagrado. Sube ya por él la trepadora, en una eclosión de zarcillos, y toman forma los miedos y las tentaciones. Se unifican los zarcillos en una liana única, creando la más voluptuosa eva, y la mujer se desintegra en mil brazos estrangulantes, tornan los brazos en plaga serpentaria, y el hombre es sepultado por espirales de doroyas, de patocos, de víboras papagayo, de cazadoras lomo de machete, hablan las culebras voces de difuntos y se funden en un río de oro. Transcurre la noche entre estas y otras figuraciones, se entreveran entre el desfile de quimeras revelaciones del pasado y del futuro, a veces simbólicamente, de manera diáfana en otras ocasiones. Pero llegará, al fin, la paz, el entendimiento, la comunión. El iniciado será bejuco y animal y Haba y estrellas y Universo, y todos serán él.
Despertará mimado por el sol del amanecer. Abandonando su crucifixión mística, vestirá las ropas que ha dejado amontonadas a su vera, se colgará el zurrón y tomará el camino de los bohíos. Ya en el templo, en la Casa de la Madre, el chamán kogi entenderá que el nuevo mama está preparado para sustituirle. Ambos, que han visto lo venidero, saben de la fatalidad. Saben del egoísmo, negra magia que domina a la humanidad y contra la que no pueden luchar. Saben del exterminio de su pueblo, y de la agonía de la Madre Tierra.
Mientras, sucede el holocausto silencioso de los pueblos indígenas. Callan los noticiarios, callan los políticos. Y usted, lector, y yo, cómplices de un crimen universal, tarareamos las pegadizas canciones de los anuncios publicitarios, sordos al macabro réquiem que constituye la banda sonora original del consumo, de los mercados, del sistema económico. Como siempre, gana la banca.
Gabriel Cusac
8 comentarios:
a mí me ha gustado esta entrada.
Y a mí. Al menos, ya somos dos.
Y a mi.Ya somos tres.
Un saludo.
Cuidado, Blogger avisa: la afluencia masiva de visitas puede bloquear este sitio.
Un saludo, Juana María.
En realidad, la intención de discutir su entrada en el blog es increíblemente realista . Yo la opción de escuchar algo totalmente nuevo con esto a causa de que realmente proporciona el mismo sitio dentro de mi Estados Unidos durante esta materia por lo que esta ayuda específica ? Un montón todos los s . Tuve la oportunidad de una buena mirada sobre el tema , además notó un gran un número de blogs , pero en contraste con eso. Gracias por revelar tanto dentro de su sitio web.
Cuatro,cachondo...Y encantados de poder asomarnos a este rincón de fantástica locura.Rai.
Amigo anónimo: los traductores on line siguen ofreciendo resultados pésimos, y creo que con tu mensaje ha ocurrido exactamente eso. De todas formas, por lo que puedo entender, este blog parece ser de tu gusto. Me alegro. Y ya sabes que las puertas siguen abiertas para que vuelvas a pasarte cuando quieras. Un saludo.
Un abrazo, Rai.
Publicar un comentario