Foto tomada del blog "Bejarana no me llores" |
Fuente
de ingenio, patrón de la edilicia, flor de la municipalidad, culmen cívico: Ayuntamiento
de Béjar. Gritemos todos juntos: ¡Aleluya! Nadie sabe qué tendrá esta tierra,
por qué los hados, tradicionalmente, le han regalado las preciosas bendiciones
de la geografía arcádica, la ciudadanía heroica y la gobernanza paradigmática. Los logros, año tras año, diríamos casi que siglo tras siglo, se acumulan en
avalancha, como guiados por una mano providencial, hasta llegar al actual
estatus de bonanza. Véanse por ejemplo algunos triunfos recientes, aunque
forjados tras un brioso periplo de lucha institucional: la prodigiosa
dinamización del Hospital Virgen del Castañar, referente nacional de los
centros sanitarios periféricos; el parking del Murallón, cornucopia inagotable
de nuestras arcas públicas; el Museo Textil, Guggenheim serrano; la explotación
sostenible de la villa renacentista de El Bosque, ese sacro bosque cuyo fulgor turístico poco menos que no nos deja ver
los árboles.
A
esta gavilla de éxitos (que aquí referimos incompleta) se sumará en breve la
consecución de un proyecto inteligente: la zona azul peatonal. Efectivamente, si
hemos comprobado la efectividad de la zona azul como fórmula válida para descongestionar
los aparcamientos del centro urbano, ¿por qué no trasladar esta idea al ámbito
peatonal?
Cualquier
bejarano puede observar cómo, especialmente en la época estival, los bancos del
Parque de La Corredera quedan colapsados, siendo muy difícil, durante
determinado horario, obtener una plaza libre. ¡Qué fastidio, para el agotado
viandante! La Corredera, sin duda, es el punto neurálgico de la ciudad, no sólo
por su condición de centro financiero o city,
sometido al tráfago diario de cientos de ejecutivos y hombres de negocios; debido a
su estratégica localización, el Parque de La Corredera en concreto también alberga
una riada de transeúntes donde queda reflejado el espectro social bejarano,
desde los niños a los jubilados, desde los estudiantes a los empleados bancarios,
sin despreciar a la nutrida y sorprendentemente fiel representación del hampa
local.
Incontestablemente,
se hace precisa una regulación de los espacios que esta iniciativa solucionará.
Así, el 50% de los bancos quedará pintado de azul, y se instalarán dos
parquímetros peatonales, respectivamente en las entradas principales (este y
oeste) del Parque de La Corredera, para que los usuarios puedan retirar con
comodidad su ticket, el cual deberán exhibir (mediante clip, imperdible, pinza
o cualquier otro medio accesorio) en un lugar visible de su atuendo. Naturalmente,
el insolidario infractor será multado y, en caso de resistencia, retirado del
banco por los agentes de la policía municipal. Al beneficio social proporcionado por esta
novedosa modalidad de zona azul debemos añadir un saludable efecto recaudatorio
y la inestimable creación de varios puestos de trabajo (dos vigilantes y un
administrador, como mínimo). Todo son ventajas.
Bejaranos:
¡Juntos, podemos! (autorizo expresamente la utilización de este original lema al mejor
postor).
Gabriel
Cusac Sánchez
12 comentarios:
No se si reír,o llorar.
Rie de momento, y todo lo que puedas. Quién sabe si mañana nos pondrán un impuesto por respirar, por pasear, por mojarnos los pies en un arroyo o por la risa.
Un saludo.
Parece una broma ¿lo es?. Pero contra esto siempre tenemos la resistencia social; O vamos a pagar el robo de los tres millones de euros, en el famoso museo textil.
Es broma, Jesús. Pero me avergüenzan otras realidades tremendas. He vivido la supresión de la línea férrea, la caída del textil, el tocomocho de Unisolar y La Condesa...Y encima no dejan de aplastarnos desde los poderes, entre mamarrachadas o, lo que es peor, actos de mala fe. Llevan muchos años, desde uno u otro color político, ejerciendo una poco menos que metódica destrucción de Béjar. Y, lo que es peor, nosotros, los ciudadanos, callados, cobardes, sumisos. Nuestros hijos no merecen la mierda que les estamos dejando.
Somos unos ciudadanos que ni siquiera somos capaces de votar otra alternativa política, nos quedamos en aquello de "más vale malo conocido...". Gozamos de un alcalde que ni siquiera sabe hablar, o hacer un comentario inteligible. De todas maneras no estamos muy lejos de otras ciudades; una que me viene a la mente, y a la cual le vendieron un circuito de velocidad urbano, cuando ya disponía de uno en las afueras. Aquí han vendido el ladrillazo de La Condesa y otros tantos, como tú bien dices, todo esto ante nuestra pasividad. Una lástima. Saludosss.
Muy bueno, como siempre!! Me sumo al comentario de otros lectores: no sé si reir o llorar. Pepa.
Gracias, Pepa, pero no llores. Bejarana no me llores...
Un abrazo.
Esos Bejaranos callados, cobardes y sumisos, sencillamente no pueden evitar el serlo, ya que lo llevan en sus propios genes, después de un sin fin de generaciones, en las que sus ancestros sólo luchaban por ver quien era el que mejor le practicaba "fellatios" al todopoderoso industrial de turno. ¿ Qué quedó de aquella mítica fiereza belicosa de los vettones? Entre Roma y la oligarquía textil se la cargaron.
Títiro.
Aunque aún no está debidamente señalada la zona azul,y salvo error u omisión,nada es lo que parece y,sin embargo,todo es como te lo imaginas.
Saludos,Gabriel
Títiro: es triste, por ejemplo, que Yuste cierre y poco menos que nos enteremos por el boca a boca. Es triste la deuda de la Condesa, y más que institucionalmente esta deuda fuera silenciada por los poderes públicos. Es triste el progresivo desmantelamiento del Hospital. Es triste que mucha gente en Béjar las esté pasando putas, y veamos que por otro lado se despilfarra el dinero público en chorradas. Y, es cierto, sobre todo es triste que los "vettones" tragen con todo. Un saludo.
Anónimo: que las cosas no sean como mis imaginaciones, ni como mis hipérboles, ni como mis metáforas, porque a veces tengo sueños muy crueles. Ójala no.
Un saludo
Después de décadas fuera de la "ciudad estrecha" por necesidad vital se lo que me digo, y lo que digo es que Béjar tiene lo que se merece. Nunca hubo unión entre los obreros siempre se buscó el favoritismo propio, el chivatazo, el cotilleo malsano, la envidia, el peloteo más ruin, el undir al vecino por el mero hecho de joderle, Resumiendo, la oligarquía textil se ocupó muy mucho de crear una sociedad a la medida de sus intereses , y esa sociedad servil, sumisa y "fellattiora", sigue mostrándose con sus mismos "atributos" en generaciones que no han conocido una fábrica textil ni de oídas. Después de tantas décadas la doma capitalista sigue teniendo efecto, mientras las convicciones e ideas proletarias se consideran pasadas de moda. PAÍS DE COBARDES.
Títiro.
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