Panorámica de la cúpula de la ermita del Santo Cristo de Talaván, foto de Eloy Díaz Redondo |
Con Tomás Aguilera Durán he compartido mucho más que la publicación de un estudio histórico. Tomás, desde hace tiempo, es un gran amigo. Y además es un figura, un coco privilegiado. En 2018, con 33 añitos, obtuvo el Doctorado en Estudios del Mundo Antiguo, con la calificación de Sobresaliente Cum Laude y Mención Internacional. Por eso es importante que su voz se haya sumado a la causa de la rehabilitación de la ermita del Santo Cristo de Talaván. Esta es la carta que ha dirigido a la Consejera de Cultura del GOBEX y al Director General de Unas Cuantas Cosas, entre ellas Patrimonio. Gracias, Tomás. Vamos a por ellos.
Estimados sres. Dª LEIRE
IGLESIAS SANTIAGO y D. FRANCISCO PÉREZ URBAN.
Me dirijo a
ustedes, yo, D. Tomás Aguilera Durán (DNI 70937646B), Doctor en Historia
Antigua y miembro del Grupo de Investigación Occidens de la Universidad
Autónoma de Madrid, a propósito de la actual problemática en torno a la
conservación de la Ermita del Santo Cristo de Talaván.
En primer
lugar, probablemente sea innecesario recordar el valor patrimonial de dicha
ermita, ya no solo por la significación histórica del edificio, sino muy
particularmente por el carácter extraordinario de los esgrafiados que lo
adornan, un ejemplo artístico único por la rareza de su
iconografía, lo innmejorable de su factura y la escasa conservación en España
de este género decorativo, tal y como puso de manifiesto en su informe el especialista Roberto Domínguez
Blanca desde el Centro de Estudios Bejaranos.
Igualmente
innecesario ya es recordar el estado de deterioro de la ermita, agravado en los
últimos tiempos hasta el punto de que exista una seria amenaza
de derrumbe inminente que la destruiría de manera definitiva e
irreparable; así se consideró cuando se la incluyó en la Lista Roja elaborada por Hispania Nostra
ante el grave peligro existente y la falta de iniciativa institucional para
proteger el enclave legalmente.
En segundo
lugar, estoy informado de la movilización ciudadana que últimamente está
canalizando meritoriamente la asociación Talaván Historia Viva y las
iniciativas que en los últimos meses se están desarrollando desde el
Ayuntamiento de Talaván, esto es, que la corporación municipal se ha
comprometido a financiar una obra de urgencia para frenar la destrucción de la
ermita, lo que sin ninguna duda es una excelente noticia para el patrimonio
extremeño. Así sería si no fuese porque los trámites que conciernen a las
instituciones autonómicas que ustedes representan se encuentran en este
momento lamentablemente paralizados. Quiero aclarar que soy
consciente de las complicaciones administrativas que un proceso como este
conlleva, lo que responde lógicamente a la rigurosidad técnica que requiere una
acción de este tipo. No obstante, esto no debe ser excusa para la dejación de
responsabilidades ni puede eludirse el problema culpando al resto de
instituciones implicadas.
Desde mi posición personal como ciudadano y mi particular
implicación académica, les solicito enérgicamente que pongan la voluntad y los
medios necesarios para superar estas trabas. No estamos hablando del
cumplimiento de un mero trámite burocrático, sino que se trata de una llamada
de alarma necesaria y urgente, que remite a la responsabilidad que los
representantes públicos tienen para la preservación de un patrimonio que es de
todos y que resulta irremplazable. Ustedes ocupan un lugar privilegiado en ese
engranaje y, desde mi punto de vista, dicha función no debe limitarse al
cumplimiento pasivo de la burocracia, sino que debería conllevar un compromiso
personal para la consecución de una misión tan vital como es la preservación de
nuestro legado cultural colectivo. No hay excusa posible para omitir ese deber
que se les ha otorgado.
Reciban un
respetuoso saludo,
Tomás Aguilera Durán
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