30 de agosto de 2012

Apostillas a "El extraño caso de las endemoniadas de Béjar"


En 1938, Orson Welles, adaptando La guerra de los mundos de H.G. Wells al guión radiofónico, narró una supuesta invasión extraterrestre. Esta magnífica impostura y otras imitaciones que vendrían después provocaron pavor e indignación. Salvando las distancias, y en este caso a través de las derrotas internáuticas, El extraño caso de las endemoniadas de Béjar parece haber revolucionado el patio bejaraní, y aún otros foráneos. Antes de que se produzca eso que llaman alarma social, antes también de que a algunos fundamentalistas les dé por inflarme la cara a hostias (de las profanas), diré que, de todo el artículo, sólo estas líneas reflejan la realidad: "Desde que el Ayuntamiento de Béjar donara los terrenos del antiguo embarcadero de ganado a la Diócesis de Plasencia, la historia del Centro Parroquial de San Miguel es la crónica de un despropósito. Hoy, casi un decenio después, las obras siguen inconclusas y el Centro permanece cerrado, aunque, paradójicamente, el amplio parking que ocupa los dos pisos inferiores de la estructura lleva ya varios años proporcionando generosos beneficios pecuniarios al Obispado".
La donación referida tenía una clara -aunque parcial y discriminatoria, una auténtica des/facha/tez- finalidad: facilitar al Obispado los terrenos para la construcción de una nueva iglesia, tras la desaparición de la parroquia del barrio de Los Praos. Y hasta hoy, ad maiorem gloriam dei, el Centro Parroquial de San Miguel sólo ha servido para que el Obispado de Plasencia haga caja con el parking. Un mera actividad empresarial que, como denunciaron recientemente Izquierda Unida y el Movimiento 15-M, ni tan siquiera ha aportado el IBI correspondiente a todos estos años. Esto sí que es escandaloso, y no mi "endemoniada" ficción.
Llegados a este punto, no me cabe ninguna duda de que lo justo sería devolver al pueblo lo que es del pueblo, expropiando al mayor terrateniente de España -es decir, la Iglesia Católica- este edificio cuyo título es tapadera. El arriendo de las cocheras constituiría una no despreciable fuente de ingresos para las arcas municipales, tan pachuchas, y los pisos superiores, los habitables, podrían acoger un uso cívico que ofreciese cabida a asociaciones, departamentos municipales o instituciones. Pero el posible aprovechamiento de estas instalaciones ya es capítulo aparte.
Este blog que ahora transitáis está poblado de otras invenciones literarias que, de momento, no precisan aclaración. Es un placer mentiros.

Gabriel Cusac

5 comentarios:

mojadopapel dijo...

Sigue mintiendo Gabriel.

mojadopapel dijo...

Es un placer pasear por aquí..aunque sea de vez en cuando.

Gabriel Cusac dijo...

Gracias por la visita, mojadopapel. Lo de mentir me lo estoy tomando tan en serio que quizás vuelva a la política.

mojadopapel dijo...

No creo,mentiroso.

Gabriel Cusac dijo...

No te fies. Me lo están poniendo crudo para dar de comer a la familia, y uno tiene que elegir entre la delincuencia legal y la ilegal. A veces me despierto convertido en concejal de urbanismo, con el puño apretado y la sonrisa puesta.