21 de marzo de 2013

Queridos réprobos de Talaván: volvemos a la carga




 El hombre y la mujer "felinos". Otra rareza del Cementerio Viejo de Talaván. Las fotos son de Eloy Díaz Redondo.

 










A principios de este año inicié la campaña "Salvemos a los condenados de Talaván" en defensa de un valor patrimonial único. Durante esta campaña me asaltaron algunas dudas. ¿Cómo era posible que tan singularísimo legado artístico careciese de protección? ¿Cómo explicar el vacío documental e  historiográfico sobre la ermita -que, ahora sé, es la del Santo Cristo- en el Cementerio Viejo de Talaván? Llegué a temer lo peor: que las pinturas murales de Talaván -o, más exactamente, los esgrafiados- fueran una falsificación. Esto respondería a muchos interrogantes, entre ellos la misma rareza, sin parentesco iconográfico, de los "condenados". Necesitaba ayuda; necesitaba el refrendo de una voz autorizada. Me puse entonces en contacto con miembros del Centro de Estudios Bejaranos (CEB), y debo agradecer a Antonio Avilés Amat, Carmen Cascón Matas y Roberto Domínguez Blanca el valiosísimo apoyo prestado. Precisamente Roberto, Historiador del Arte por la USAL y experto en esgrafiados, es el autor de un informe que avala la originalidad de los "condenados" y clama por la necesidad de unas obras de restauración urgentes. Aquí se presenta un resumen de dicho informe, que en su integridad ha sido facilitado al diputado cacereño de Cultura Eduardo Villaverde y que en breve será publicado.
Ya no estoy solo en esta lucha. Vamos a tocar todas las teclas. No únicamente la Diputación de Cáceres y el Ayuntamiento de Talaván. El CEB va a recurrir a su contactos con instituciones culturales. A nivel personal, procuraré revolver Roma con Santiago. Y desde este espacio invito a los lectores a integrarse en esta causa, cada cual como quiera. Hay muchos medios: una simple visita a Talaván, para maravillarse en el espacio bellísimamente lúgubre de su Cementerio Viejo; una carta al Ayuntamiento, un artículo, un comentario, un mail, una entrada en el blog, compartir en Facebook. Y, si alguien tiene oportunidad de llegar más lejos, tanto mejor.

La causa lo merece. Los "condenados" de Talaván deben seguir asombrando a las generaciones venideras. Su verdadera condena, y la nuestra, sería que la capilla del Cementerio Viejo de Talaván se viniera abajo. Y esto puede pasar en cualquier momento.

Doy paso a los apuntes de Roberto Domínguez Blanca, a quien debo reiterar mi agradecimiento. No me ha sido posible incluir las figuras mencionadas en el texto; vendrán en otra entrada.



LOS INQUIETANTES ESGRAFIADOS DE LA  ERMITA DEL SANTO CRISTO, EN EL CEMENTERIO VIEJO DE TALAVÁN (CÁCERES), OTRO EPISODIO DE PATRIMONIO ARTÍSTICO A PUNTO DE PERDERSE PARA SIEMPRE

            Talaván es una localidad cacereña de unos mil habitantes ubicada a medio camino entre las ciudades de Cáceres y Plasencia. Al igual que Béjar pertenece a la diócesis de Plasencia, y entre su patrimonio artístico destacan la iglesia parroquial y la capilla del antiguo cementerio, que contiene una colección de esgrafiados en sus paredes de peculiarísima iconografía.
La puesta en valor de este interesantísimo legado pictórico de inusual temática, y alertar sobre el peligro que corre de desaparición por la situación de abandono que padece la capilla, son el objetivo fundamental de este breve artículo, de forma que no se repita el triste destino de los esgrafiados de la ermita del Cristo de Horcajo de Montemayor (Salamanca) (figs. 1 y 2).

La ermita del Santo Cristo.

            La ermita del Santo Cristo de Talaván se encuentra muy próxima a la iglesia parroquial, en un extremo de la población junto a un camino. Sorprende la pobreza de recursos empleados en su construcción, al recurrir a mampostería de pizarra y al ladrillo en sus muros, incluyendo los contrafuertes, que no se diferencian como debieran con una fábrica más cuidada. Actualmente sólo permanece en pie el abovedamiento más o menos semiesférico de la capilla mayor, la cual se remata en el exterior con una aguda pirámide maciza de ladrillo. El resto de techumbres y buena parte de los muros se han perdido, arrastrando consigo los esgrafiados que sustentaban.
La planta es muy sencilla, con una nave rectangular dividida en dos tramos por un arco perpiaño de medio punto que aún se conserva completo. La capilla mayor es de planta ochavada, utilizando pechinas para asentar la extraña planta aovada de la cúpula, que se achata en los extremos de su eje mayor y resultando una planta un tanto asimétrica. En el lado del norte de la capilla se adosa una estancia que serviría como sacristía y que parece ejecutada posteriormente al conjunto de la obra. La capilla tiene un único acceso en la fachada oeste que estaría flanqueado, como es habitual en su tipología arquitectónica, por dos ventanas, una de ellas actualmente cegada y otra oculta por una arquitectura columbaria de nichos. Durante el siglo XIX y buena parte del XX el recinto se adaptó como cementerio municipal. Su posterior desacralización y abandono coadyuvaron al aceleramiento de la ruina del edificio.

Descripción y localización de los esgrafiados de la ermita.

El esgrafiado es una técnica decorativa mural que consiste básicamente en la superposición de revoques de distinto color, a los que aún frescos se les aplica una lechada de cal. Sobre la capa externa se traslada un dibujo mediante la técnica del estarcido, recurriendo a plantillas de cartón o zinc. El dibujo queda en relieve rascando las zonas en negativo, donde afloran las capas inferiores y su distinta coloración. El esgrafiado de la capilla del Cementerio Viejo de Talaván sigue el estilo habitual extendido al menos por las provincias de Cáceres y sur de la de Salamanca, empleándose sólo dos capas: una interna de color y textura arenosa y otra externa blanca y más refinada en su composición.
            La cúpula de la capilla mayor presenta el conjunto de esgrafiados menos deteriorado y fragmentado (fig. 3), al que se le aplica además toques de pintura rojiza y añil (ésta muy palidecida). El cenit lo ocupa un disco gallonado o mandala compuesto por 21 gallones o pétalos. Desde este disco parte una retícula radial de esgrafiado que cubre toda la cúpula, formada básicamente por cuadrados que inscriben florones (fig. 4). Cada línea de la retícula está formada por un doble encintando, y en el entrecruzamiento de las líneas verticales con las horizontales este doble encintado dibuja un esquema en damero de 3 x 3. Esta malla se ordena en otros 21 gallones de gran tamaño que alcanzan la base de la cúpula, dando lugar a una concatenación de 21 superficies triangulares de lados curvos, que se han aprovechado para “retratar” a los personajes más singulares de la capilla: los que Gabriel Cusac ha dado en llamar réprobos (fig. 5). Estos se reproducen esgrafiados combinados con algunos toques de pintura roja y añil, y su aspecto más inmediato es el de querubines o serafines, figuras angélicas reducidas a la cabeza y a dos alas extendidas.
En conjunto forman un friso al estar unidos entre sí por medio de las alas. Llama la atención su aspecto feroz, con las fauces abiertas mostrando su afilada dentadura y los ojos en blanco. Cada réprobo va tocado con un capirote corto o tiara del que cuelga una borla de un cordón, todo perfilado en rojo, así como el moteado que rellena la superficie de cada capirote. Quizás la denominación de “ángeles malos”, popularizada por el programa televisivo de Cuarto Milenio –donde fueron presentados bajo este epígrafe en el reportaje emitido el 17 de septiembre de 2012- no sea la más pertinente. Porque, en cuanto al significado de estas figuras, siguiendo la opinión de Gabriel Cusac, que compartimos, bien podemos entender las alas como indicativo de entes espirituales, de almas; los rostros horribles, de dientes picudos y expresión terrorífica, posiblemente nos quieran expresar que tales almas pertenecen a réprobos con destino al infierno. Esta metáfora visual se vería complementada por el gorro, a modo de coroza penitencial, y por la leyenda bíblica que parece reprocharlos, por su condición de condenados, el desprecio al sacrificio de Cristo.
Porque bajo estos serafines corren dos boceles que ciñen un friso con una inscripción en latín (fig. 6). El superior va decorado con simples puntos y rayas verticales, en tanto que en el inferior la ornamentación es de tipo de espiga o espina de pez. La mencionada inscripción es la siguiente:

OBLATVS ET QVIA IPSE VOLVIT. ET PECCATA NOSTRA IPSE. PORTAVIT. ESAIE. 53. MARZO.15 DE 1628 AÑOS.

Que se puede traducir por:

FUE OFRECIDO PORQUE ÉL LO QUISO. Y ÉL CARGÓ CON NUESTROS PECADOS. ISAÍAS 53. 15 DE MARZO DE 1628.

Como se deduce, se recogen fragmentos bíblicos, concretamente de Isaías 53 y especialmente del versículo 7º, acompañados de la fecha, se supone, de finalización de las obras. La cita no puede ser gratuita y ha de estar justificada por el cometido de la ermita, pudiendo aclarar además el sentido de los réprobos. En el mencionado capítulo, Isaías se detiene en explicar la redención de la humanidad a través del sufrimiento de Cristo en la Pasión; la imagen de un hombre inocente, hijo de Dios pero ser humano en el mundo terrenal, que resignadamente acepta el dolor y la humillación para salvar a una humanidad que le desprecia. Dentro del capítulo hay otros versículos muy sugerentes al ponerlos en relación con la propuesta de significado que hemos hecho de los réprobos. En el noveno se viene a decir que a Cristo se le dio un sepulcro entre los malhechores y una tumba con los impíos.
            Continúa el programa decorativo por la parte alta de los muros, lindando con la base de la bóveda mediante un friso de esgrafiado, en el que parejas de figuras fantásticas, mitad humanos y mitad vegetales, sujetan medallones con las Armas Christi o elementos de la Pasión de Cristo (fig. 7). En los medallones que no se han perdido o no están ocultos por un blanqueado posterior, se identifican los tres clavos, la escalera, las tenazas, un par de flagelos y, en el centro del friso, la corona de espinas. El resto de los paramentos desde este friso hasta el suelo se reviste con una malla de esgrafiado como la de la cúpula, en cuyas celdillas se inscriben idénticas rosetas. Se advierte que salvo la bóveda, los muros fueron blanqueados afortunadamente sin picar el esgrafiado que permanece debajo. En la pared central de la capilla existe una amplia hornacina, no muy profunda, que debía alojar alguna imagen escultórica de Cristo Crucificado, pues se advierten los restos pictóricos de una cruz y de la sangre que manaba de las heridas del Cristo.
En cuanto a la nave de la ermita y su arco perpiaño (fig. 8), también se cubren enteramente de esgrafiados. En la parte superior de los muros se repite el friso de medallones (imposibles de identificar) sujetos por parejas de personajes fantásticos, y para lo demás se recurre a la consabida malla en cuadrícula, pero esta vez con las celdillas vacías, sin rosetas. Más curiosa es la iconografía del arco diafragma. En sus enjutas los medallones del friso contienen los bustos de personajes muy singulares. De los cuatro, tan sólo son visibles los dos del lado norte del arco. El que mira a poniente tiene rasgos que se antojan felinos, con un bigote hirsuto y una especie de sombrero hongo (fig. 9). En la vestimenta, con decoración de espiga, se advierte la botonadura. El medallón que mira a levante contiene ahora una cabeza femenina (fig. 10), antropomorfa pero igual de inquietante. Aparece tocada y envuelta en una capa, también decorada con motivos de espiga que deja ver la botonadura.

Estilo de los esgrafiados.

      Los esgrafiados de Talaván, de 1628, estarían dentro de la corriente artística de los esgrafiados bejaranos y trujillanos, cuya cronología se puede fijar a finales del siglo XVI y principios del XVII, a través del trabajo de diversos activos talleres. Serían seguramente artistas formados en la diócesis de Plasencia (cuyos nombres desconocemos), donde se concentra el grupo más numeroso y de mayor calidad. Un notable ejemplo de éstos son los de la ermita de la Virgen de la Salud de Plasencia (fig. 11), si bien ésta fue construida entre 1721 y 1725, formando un conjunto de esgrafiados tardíos.
Analizando los elementos que conforman los esgrafiados de Talaván, destaca como la malla de cuadrícula como principio ordenador de la composición, frecuentísima en la zona de Béjar (convento de San Francisco de Béjar, iglesias parroquiales de Montemayor del Río, Valdehijaderos, Becedas, El Cerro, Colmenar de Montemayor…) (figs. 12-15), en Trujillo (iglesia de San Martín, hospital de los Agustinos, palacio de los Orellana…), y también presente en Toril (iglesia de San Blas) y en el castillo de Belvís de Monroy, donde además se integran rosetas inscritas.

Importancia de los esgrafiados y peligro de conservación.

            Todo lo desarrollado en los apartados anteriores creemos que sirve por sí solo para que se obtengan certeras conclusiones de la importancia de los esgrafiados talavaniegos desde el punto de vista artístico. Por el mero hecho de ser una muestra de patrimonio histórico-artístico, que en Talaván además no es muy amplio, ya debería bastar para que se inicien cuanto antes las medidas de protección. Si esto no fuera suficiente, entonces podemos recurrir al valor añadido y singularidad que los adjetivan, y poner sobre la mesa dos razones más de peso:

-         Muestran una iconografía fuera de lo corriente, cuyo estudio enriquecerá la visión de la historia y el arte del Talaván del siglo XVII.
-         Es un inmejorable ejemplo de esgrafiado cacereño de la Edad Moderna (ss. XVI-XVIII), manifestación artística autóctona que no tiene parangón en ningún otro lugar de España, y que por estar infravalorada, muchas han ido desapareciendo con el tiempo.

De la necesidad de restauración de los esgrafiados y de la misma capilla tan fe las siguientes imágenes (figs. 16-18). El peligro de derrumbe de la bóveda de la capilla mayor parece inmediato, pues presenta unas grietas tan profundas en sus muros, que por ellas se filtra la luz.


Roberto Domínguez Blanca


Bibliografía utilizada.

-         SANZ FERNÁNDEZ, F. El color de la arquitectura en Trujillo. Pintura de fachadas, esgrafiados y pintura mural durante el Renacimiento. Universidad de Extremadura, 2011.
-         ORANTOS GONZÁLEZ, J. “Recuperación de esgrafiados de la fachada de la Ermita de la Salud de Plasencia, en Ars Sacra, nº 26-27, 2003, pp. 100-105.
-         SANZ FERNÁNDEZ, F., SANZ SALAZAR, M. y ORELLANA-PIZARRO, J. “La decoración y la articulación de paramentos arquitectónicos en la ciudad de Trujillo: los esgrafiados a la cal”, en XXXV Coloquios Históricos de Extremadura: Dedicado a la memoria del Obispo D. Gutierre de Vargas Carvajal, Trujillo, 2006.
-         DOMÍNGUEZ BLANCA, R.”Los esgrafiados en la comarca de Béjar y su desaparición en la ermita del Cristo de la Salud de Horcajo de Montemayor” en Estudios Bejaranos, nº 15, diciembre de 2011, Centro de Estudios Bejaranos y Excmo. Ayuntamiento de Béjar, Béjar, pp. 69-82.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuenta conmigo gabriel ,
Aportare mi granito de arena para dar más luz a los Ángeles ya que parecen ser auténticos
ánimo cusac

Gabriel Cusac dijo...

Gracias. Cualquier aportación es valiosísima.

Jony dijo...

Hola Gabriel, desde un lugar andaluz compartiré tus deseos :
...-Un próspero bienestar a esos ángeles que te tienen cautivo.
Un pequeño aporte para que se difunda en la Red y salvar de una vez a esos condenados sin protección ...
Tu bienestar que va unido a esos ángeles de tu casa y los que están fuera.... Los de Talavante.
Abrazos

Gabriel Cusac dijo...

Creo que la campaña va a tener un final feliz. Ya se han volcado en ella el Centro de Estudios Bejaranos y el Ayuntamiento de Talaván, y mediáticamente se está propagando como el fuego, desde el facebook a Cuarto Milenio. Salvaremos a los condenados talavaniegos.
Un abrazo.